La ciencia de elegir la ropa

Las medidas son parte esencial de nuestra vida. Aunque no seamos conscientes, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos fijándonos en ellas. Por ejemplo, yo lo primero que hago al levantarme es mirar el reloj del despertador y calculo el tiempo que tengo hasta el momento de salir de casa. A continuación, miro la predicción del tiempo, sobre todo la temperatura estimada durante el día para elegir la ropa más apropiada. Si eres de ducha matutina, mides con la mano la temperatura aproximada del agua para meterte. No es algo exacto desde luego, pero seguramente te guste caliente y eso es por encima de los cerca de 37ºC que tenemos de temperatura corporal. Más tarde, si vas en coche (y eres responsable) te fijarás en la velocidad a la que conduces. Todo medidas: tiempo, temperatura, velocidad...

Podríamos poner muchos ejemplos, pero como todas las mañanas sí o sí nos vestimos, vamos a hablar de ropa.

A la hora de comprarnos una prenda de ropa, lo primero que miramos es el numerito correspondiente con el tallaje al que estemos habituados, como sería el español.

medidas de partes de arriba en sección mujer (https://www.elcorteingles.es/info/guia-de-tallas/)

Partimos de que el número en cuestión es diferente según el país, pero por suerte hay una correspondencia en medidas. Éstas suelen darse en cm, aunque estrictamente hablando, si se tratara de usar las unidades oficiales tendría que darse en metros según el Sistema Internacional (para más inri, corroborado por el Real Decreto 2032/2009). Pero, como las diferencias entre una y otra talla son precisamente de cm, es cuestión más bien de comodidad dado el nivel de magnitud.

Así que lo primero que tendremos que hacer para elegir talla es medirnos cada una de las zonas con un metro de los que se usan en costura. Esto tiene su intríngulis porque tenemos que medir el sitio exacto que especifican en * en la tabla, así que cuidado con no medir exactamente lo que miden ellos ;) Bien es verdad, que tampoco va a ser lo mismo medirnos para una prenda que va a ir en contacto con nuestro cuerpo, que si es un jersey de invierno y añadimos capas de ropa debajo. Vamos, que hay muchas variables a tener en cuenta, como longitud extra o tipo de material de la propia prenda, y que pueden hacernos errar en la misión.

Las medidas no son exactas, sino que va por intervalos. Eso está bien para tener cierto margen, si no el número de tallas que tendríamos en el mercado se multiplicaría, lo cual sería poco viable (dejamos aparte el debate de si en el mercado se produce suficiente género de cada una de las tallas). Pero los cuerpos no son una ciencia exacta y el tamaño del pecho y las caderas no tiene por qué aumentar proporcionalmente, hay muchos tipos de cuerpos, y este parámetro no se está teniendo en cuenta en las tablas. Nuestros cuerpos no tienen por qué cumplir con unos estándares y coincidir cintura, pecho y cadera dentro de los parámetros de una misma talla. En teoría por eso hay tablas aparte de tallas grandes y tallas pequeñas, pero no se soluciona realmente el problema. 

Más allá de no atinar con la prenda y que nos quede bien, la talla es un número que a menudo lleva a sentir mal a mucha gente precisamente por salirse de la (teórica) norma. En este punto solo me queda remarcar después de este mini análisis que no estáis "mal hechos", es que a pesar de que las variables contempladas no están mal a priori, han asumido ese aumento proporcional de ciertas partes del cuerpo. Si hiciéramos un estudio de lo que necesita la población tomando todas las medidas a un grupo suficientemente representativo, dudo mucho que no hubiera cambios en esos "estándares". Recuerda que si no das con la talla que te quede bien de una prenda, el problema no eres tú.