Es habitual que pensemos en la distinción entre ciencias y letras como dos culturas diferentes, pero es que este concepto no es nuevo. De ello habla Snow en una conferencia del 59 (“Las dos culturas”), en el que remarca la distancia aparentemente insalvable entre literatos y científicos, cada cual con una imagen deformada del que tiene enfrente y con una gran falta de entendimiento. Bien es cierto, que tal como él menciona en su matización posterior, utiliza su experiencia particular inglesa para hacer esta generalización, en la cual recurre a una serie de clichés tanto de unos como de otros.
Poniendo el foco en EEUU, define una supuesta tercera
cultura en la que, según él, se entenderán todas las partes porque se allanarán
las dificultades de comunicación. A esta conclusión llega porque ve cómo en las
diferentes universidades y centros de investigación punteros los científicos
reciben una formación humanística de manera habitual. También destaca el papel
de los historiadores sociales que podrían ejercer de nexo por buen
entendimiento con los científicos y los literatos.
En cambio, 30 años después, Brockman (“La tercera cultura”) se
fija en su escrito en la sociedad americana y determina que lo que Snow predijo
no se cumple. Los científicos son ignorados (tampoco saben defender su trabajo
con respecto a los literatos) y pasan a ser ellos los que hablan directamente con
el público.
Para él, en lugar de un intermediario, los intelectuales pasan a ser los que saben y tambíen los que comunican de forma directa y accesible para todos. De hecho, está comprobado, según dice, que la sociedad está ávida de conocimiento científico, reflejado en éxitos editoriales sobre este tipo de temas. La sociedad avanza gracias a ella y las noticias es lo que reflejan. Y en el caso de los libros, la clave que destaca es la interdisciplinariedad, ya que esto obliga al científico a reducir y simplificar en aspectos de jerga: debemos llegar a personas ajenas al campo, ya sean otros científicos o no.
Dos visiones distintas de una posible tercera cultura que quizás no es tal...
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